En ocasiones pensamos que tener lo más caro del mercado, un coche de lujo para destacar ante los demás, llevar a los hijos a colegios caros o comprarnos un diamante nos hará más felices. Creemos que llenando nuestra vida de cosas materiales éstas nos aportaran esa felicidad que anhelamos.
Nos pasamos la vida preguntándonos y ¿dónde se esconde la felicidad? sin pensar que la felicidad está dentro de cada uno de nosotros. En esos pequeños detalles cotidianos en los que a veces no nos fijamos como un abrazo de un niño, un te quiero de la persona amada, un gracias de un compañero o un tú si que vales de nuestro jefe, cosas que nos hacen sentir bien cada día. Y por supuesto el estar bien con nosotras mismas nos dará felicidad, por mucho que busquemos fuera si dentro de nosotras tenemos un bloqueo no conseguiremos ser felices.
¿Seguiremos buscando la felicidad? Sí, porque es algo innato en el ser humano. Esta pequeña historia lo resume. ¿Y dónde escondieron la felicidad?
Un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para hacer una travesura. Uno de ellos dijo: "Debemos quitarles algo, pero, ¿qué les quitamos?".
Después de mucho pensar uno dijo: "¡Ya sé!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la puedan encontrar".
Propuso el primero: "Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo", a lo que inmediatamente repuso otro: "no, recuerda que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está".
Luego propuso otro: "Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar", y otro contestó:
"No, recuerda que tienen curiosidad, alguna vez alguien construirá algún aparato para poder bajar y entonces la encontrará".
Uno más dijo: "Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra". Y le dijeron:
"No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien va a construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad".
El último de ellos era un duende que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás duendes.
Analizó cada una de ellas y entonces dijo: "Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren".
Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono: "¿Dónde?".
El duende respondió: "La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán".
Todos estuvieron de acuerdo y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo.