La humildad de escuchar

En un mundo lleno de estrés y ansiedad donde cada día se nos pide que demos más y más en el trabajo, la familia, los amigos y la casa. En un mundo donde nos tomamos poco tiempo para nosotras mismas e incluso no tenemos tiempo para dedicarle a los demás, nos encanta rodearnos de amigos y compañeros a los que poder contar nuestras historias y problemas habituales. Eso nos relaja, es una forma de hacer desaparecer nuestro estrés diario. Nos gusta que nos escuchen de una forma activa, no solo que nos oigan, pero ¿Qué diferencia hay entre oír y escuchar?

Oír es percibir sonidos sin prestar atención y escuchar es prestar atención a lo que se oye. Parece que es lo mismo, pero la diferencia es abismal.

La escucha activa dice mucho de la  persona que tienes enfrente, se interesa por tu conversación e intenta establecer un diálogo contigo. Esto hace que te sientas bien y confíes en esa persona. 

Hoy nos queremos centrar en las personas que hablan, hablan y hablan sin escuchar a los demás. Sólo quieren ser escuchadas sin establecer un "feedback" contigo y sin importarle tu opinión al respecto. Esas personas, son personas tóxicas que pueden hacerte mucho daño. Así que si piensas que oyes en vez de escuchar, te proponemos una serie de consejos para una escucha activa que te proporcionará bienestar tanto a ti como a la personas que escuches. 

Consejos para una escucha activa:

- Cuando escuches a alguien o te escuchen, asegúrate de mirar siempre de frente a los ojos, manteniendo la mirada. 

- Sonríe a la persona que te hable de una manera comprensiva (entiendes sus problemas).

- Pregunta algo de la conversación que no entiendas, significa que te interesa.

- Utiliza la empatía y sé asertivo en tus consejos, no des siempre la razón (eso no le ayudará en el futuro).

- Da las gracias porque te han escuchado o confiado en ti y porque te has sentido bien en su compañía.

- En el mundo que vives, párate a escuchar todos los sonidos que te rodean, apreciaras mucho ese instante. 

- Por último, si te gusta que te escuchen, ¡escucha! e interésate por los problemas de la gente que te importa puedes hacerlo con preguntas sencillas ¿Cómo te ha ido el día? ¿Cómo estás? ¿Qué te preocupa? ... no cuesta nada y aporta felicidad. 

Aprende a decir ¡No!

A lo largo de nuestra vida tenemos que tomar muchas decisiones con nosotros mismos y con los demás. Muchas veces simplemente por el hecho de agradar a los demás o por creer que ayudamos a las otras personas solemos ser permisivos y decimos a todo que sí sin tener ganas de hacerlo, esto lo único que provoca en nuestro interior es una dicotomía que puede hacernos mucho daño. Por eso, te invitamos a aprender a decir no sin sentirte culpable, para ello te aconsejamos responder de una forma asertiva para mantener una buena relación con los demás. Puedes utilizar algunas técnicas que aquí te indicamos:

- Cuidar nuestro lenguaje corporal, ni muy lejos ni muy cerca de nuestro interlocutor, adoptaremos una postura corporal tranquila y relajada y nuestro tono de voz deberá ser suave y pausado.

- Tener claro el mensaje que queremos transmitir a través de un lenguaje asertivo y correcto introduciendo primero el tema, segundo utilizando técnicas para introducir el no deseo de llevar a cabo la acción que nos han pedido y por último cerrando la conversación con un buen sabor de boca. 

Es importante tener claro que cosas no debemos usar porque son contraproducentes nunca debemos utilizar el sarcasmo, la ironía o la mentira porque "matarían" nuestra relación con los demás y con nosotros mismos.  

Sabemos que es difícil decir NO pero toda conducta tiene que ser entrenada y practicada,  por ello podemos empezar de una forma sencilla con temas fáciles para ir subiendo después la dificultad.

Recuerda que lo importante es sentirte bien contigo mismo, no  siempre tenemos que agradar a todo el mundo.