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viernes, 19 de abril de 2013

Cuentacuentos: El soldadito de plomo

Uno de los cuentos que más he leído de pequeña es el soldadito de plomo. Un cuento escrito por Hans Christian Andersen uno de mis autores favoritos que siempre me han hecho soñar con historias tan bonitas como la del Patito feo, la sirenita, la princesa y el guisante o el soldadito de plomo al que dedicamos nuestro cuentacuentos de hoy. 

El cuento dice así: 


Érase una vez un niño que tenía muchísimos juguetes. Los guardaba todos en su habitación y, durante el día, pasaba horas y horas felices jugando con ellos.

Uno de sus juegos preferidos era el de hacer la guerra con sus soldaditos de plomo. Los ponía enfrente unos de otros, y daba comienzo a la batalla. Cuando se los regalaron, se dio cuenta de que a uno de ellos le faltaba una pierna a causa de un defecto de fundición.

No obstante, mientras jugaba, colocaba siempre al soldado mutilado en primera línea, delante de todos, incitándole a ser el más aguerrido. Pero el niño no sabía que sus juguetes durante la noche cobraban vida y hablaban entre ellos, y a veces, al colocar ordenadamente a los soldados, metía por descuido el soldadito mutilado entre los otros juguetes.

Y así fue como un día el soldadito pudo conocer a una gentil bailarina, también de plomo. Entre los dos se estableció una corriente de simpatía y, poco a poco, casi sin darse cuenta, el soldadito se enamoró de ella. Las noches se sucedían deprisa, una tras otra, y el soldadito enamorado no encontraba nunca el momento oportuno para declararle su amor. Cuando el niño lo dejaba en medio de los otros soldados durante una batalla, anhelaba que la bailarina se diera cuenta de su valor por la noche , cuando ella le decía si había pasado miedo, él le respondía con vehemencia que no.

Pero las miradas insistentes y los suspiros del soldadito no pasaron inadvertidos por el diablejo que estaba encerrado en una caja de sorpresas. Cada vez que, por arte de magia, la caja se abría a medianoche, un dedo amonestante señalaba al pobre soldadito....

Ahora te dejamos con nuestro cuentacuentos:



Si quieres leer el cuento completo aquí tienes una página:

miércoles, 13 de marzo de 2013

Contando con los clásicos: El patito feo


Como cada verano , a la Señora Pata le dio por empollar y todas sus amigas del corral estaban deseosas de ver a sus patitos, que siempre eran los más guapos de todos.
Llegó el día en que los patitos comenzaron a abrir los huevos poco a poco y todos se juntaron ante el nido para verles por primera vez. Uno a uno fueron saliendo hasta seis preciosos patitos , cada uno acompañado por los gritos de alegria de la Señora Pata y de sus amigas. Tan contentas estaban que tardaron un poco en darse cuenta de que un huevo , el más grande de los siete , aún no se había abierto.Todos concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto , y también los patitos recién nacidos, esperando ver algún signo de movimiento. 
Nuestro cuento de hoy es del famoso escritor danés Hans Christian Andersen conocido en el mundo entero por su cuentos infantiles. Pero antes que escritor fue cantante de ópera y alumno de danza clásica. 
Todos los cuentos de Andersen tienen una gran moraleja, algunos están basados en su propia vida o la de su familia como "la pequeña cerillera" dedicado a su madre. 
Entre sus más famosos cuentos se encuentran "El patito feo", "El traje nuevo del emperador", "La reina de las nieves", "Las zapatillas rojas", "El soldadito de plomo", "El ruiseñor", "La sirenita", "El ave Fénix", "La sombra", "La princesa y el guisante" entre otros. Han sido traducidos a más de 80 idiomas y adaptados a obras de teatroballetspelículasdibujos animados, juegos en CD y obras de escultura y pintura.

¡Disfruta de todos ellos!